Relaciones tóxicas
Existen muchos tipos de relaciones tóxicas que engloban diferentes comportamientos nocivos que pueden estar dañando a las personas que la forman.
No solo se dan en parejas, si no también entre familiares, amigos y compañeros de trabajo.
Hay relaciones tóxicas donde se dan situaciones graves de maltrato físico, psicológico, sexual o ambiental.
En otras puede aparecer el rencor, las frustraciones o las inseguridades, pero no se llega a hacer daño deliberado a la persona.
Muchas veces este tipo de relaciones genera malestar, ansiedad y estrés en una o ambas personas que la forman, y no siempre podemos identificar que estamos inmersas en una relación tóxica.
En este artículo vamos a analizar los 9 tipos de relación tóxica más común que puedes estar viviendo y poderla cortar de raíz.
Porque aunque duela romperla, es lo más sano.
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¿Qué son las relaciones tóxicas?
Una relación tóxica es una relación que no es saludable y que genera malestar o daño en una o ambas partes que la forman.
Es una relación destructiva que se puede dar entre una pareja, entre miembros de la familia, amigos, compañeros de trabajo, etc.
En todas estas relaciones hay vínculo afectivo y estima, por lo que a veces es muy difícil romper con ellas.

Ilustración de Cris Valencia
En el siguiente apartado hablaremos de los 9 tipos de relaciones tóxicas más comunes con las que te puedes encontrar.
Los 9 tipos de relaciones tóxicas que debes evitar
Hay que tener en cuenta que en tu relación puedes estar viviendo diferentes tipos de toxicidad. Puedes mantener una relación tóxica fusional y también estar basada en el control por ejemplo.
Vamos a diferenciarlas entre ellas aunque las puedas vivir a la vez.
1. Relación tóxica de fusión

Ilustración de Pietro Tenuta
Este es el caso de las parejas simbióticas, que “no pueden vivir ni hacer nada una sin la otra”. Son personas que se centran única y exclusivamente en la pareja y se olvidan de todo lo demás: familia, amigos, hobbies, intimidad propia, etc.
Hay que diferenciar este tipo de relación con la que se da de manera transitoria en la fase de enamoramiento al iniciar una relación, donde solo deseas pasar la mayor parte del tiempo con la pareja. Es normal y natural.
Pero después de esta fase, cada individuo recupera su espacio personal.
Si esta situación se mantiene en el tiempo, podemos hablar de pareja fusional.
Es una relación tóxica porque provoca aislamiento social y olvido del propio espacio personal para cultivar aficiones, intereses y vida social.
Este tipo de relación se da más frecuentemente en la adolescencia. Etapa donde descubres el amor y donde aún no tienes tu individualidad del todo formada. Por lo que se puede sucumbir a la fusión con la pareja.
2. Relación tóxica de manipulación

Ilustración de Cris Valencia
Las relaciones tóxicas de manipulación son las más comunes entre los miembros de una familia donde aparece la victimización, la generación de culpa y los chantajes emocionales.
Este tipo de relaciones está marcado por una persona que utiliza su rol de víctima, induciendo la culpa o realizando chantajes emocionales a la otra parte para conseguir todo lo que desean.
Suelen utilizar la culpa para que el otro miembro, ya sea pareja, padres o hijos, se someta y preste atención a sus necesidades.
Dependiendo del grado de manipulación emocional que se diera, se podría considerar un tipo de maltrato psicológico.
3. Relación tóxica de dependencia

Ilustración de Pietro Tenuta
Este tipo de relación tóxica se da cuando una de las partes es más dominante y toma la capacidad de decisión sobre todos los ámbitos de la pareja, tanto la individual como la conjunta.
Es una relación donde existe una jerarquía, el dominante mina la autoestima y autonomía de la otra persona, la cual se sitúa en el rol de sumisión para obedecer sin cuestionar.
A veces para conseguir esta dominación se utiliza la manipulación, el menosprecio e incluso el miedo.
Es una dinámica de relación que dependiendo del grado en que se diera, se consideraría maltrato psicológico.
4. Relación tóxica anclada en el pasado

Ilustración de Henn Kim
Si el pasado pesa más en la relación que el presente, quizás estás en una relación anclada en el pasado.
Estar pensando en lo que ocurrió o no llegó a ocurrir puede generar mucha frustración, culpa, resentimiento y rencor en la pareja.
Hay que aprender a perdonar si se quiere continuar con la relación o si no romper con ella, en vez de arrastrar los sucesos pasados al presente.
Es cierto que hay sucesos con los que no puedes lidiar o perdonar, y está bien que así lo sientas, pero lo mejor que se puede hacer en este caso es alejarse de este tipo de relación que solo te puede generar rabia y mucho dolor.
El pasado puede traer culpa o frustración, el futuro la incertidumbre y la ansiedad. Solo el presente puede generarte calma a través de tus decisiones.
5. Relación tóxica con comunicación pasivo-agresiva

Ilustración de Henn Kim
La comunicación pasivo-agresiva puede darse cuando uno de los miembros de la pareja no sabe expresarse de manera asertiva.
Puede utilizar estrategias que están bien vistas a nivel social pero que esconden la hostilidad o la manipulación hacia la otra persona para conseguir lo que desean.
Un estilo de comunicación pasivo-agresiva es cuando se evita la conversación, se aleja o calla para evitar el diálogo, y descarga su ira o resentimiento de manera sutil o indirecta, ya sea utilizando el sarcasmo o saboteando aquello o aquellas personas que generan la frustración.
Es una relación tóxica donde la persona que utiliza este tipo de comunicación es incapaz de expresar sus emociones, opiniones y necesidades.
6. Relación tóxica basada en mentiras

Ilustración de Cris Valencia
Cuando se empieza una relación ya sea de pareja o de amistad, estas se han de crear y basar en la confianza, porque cuando se omite información, se oculta o se dicen mentiras, la desconfianza crecerá y generará muchas dudas y conflictos.
"Se pilla antes a un mentiroso que a un cojo" dice el refrán. Al final las mentiras acaban por salir a la luz.
7. Relación tóxica basada en el control

Ilustración de Magoz
Hablamos de celos y control de lo que hace o deja de hacer nuestra pareja o nuestra amigo/a.
A veces los celos surgen fruto de la incapacidad de la gestión emocional y sus propias inseguridades. Sin embargo, esto no quita de que pueda generar mucho daño hacia si mismo y hacia la otra persona.
No siempre es fácil gestionar los celos, algo que todos hemos sentido alguna vez. Lo primero de todo es ser conscientes de que sientes celos. Observar qué situación te genera esta emoción y gestionarla de manera saludable para que no te afecte a nivel emocional, ni tampoco afecte a la relación de pareja.
La comunicación asertiva y la confianza con tu pareja son esenciales para romper con las dinámicas celosas.
Aún así, no siempre es fácil, así que si necesitas ayuda, pídela.
Son relaciones tóxicas a evitar, porque en el momento en el que en cualquier relación no hay libertad, ya no estás en una relación si no en una cárcel.
Este comportamiento está muy anclado a lo que se piensa que es el amor romántico, que si no siente celos es que no te quiere. Lo cual es totalmente falso, es un mito del amor romántico a romper.
8. Relación tóxica idealizada

Ilustración de Henn Kim
Es un tipo de relaciones tóxicas donde un miembro de la pareja idealiza al otro negando la realidad de cómo es la pareja con la que estas. Es como si borrases los atributos más nocivos y tóxicos de esa persona y lo elevases a un ser especial.
La relación idílica puede suceder en la primera fase de enamoramiento, dónde solo le vemos asombrosos atributos como persona. Como si fuera perfecto.
Pero todas las personas tenemos luces y sombras, y también nuestras mochilas cargadas de vivencias.
Y a veces bajar a la tierra después de haber idealizado a tu pareja es como darte un tortazo por no haberte dado cuenta de que él o ella también es humano, y tiene atributos más positivos y otros de más negativos.
9. Relación tóxica Incendiaria

Ilustración de Heo Jiseon
Las relaciones incendiarias son aquellas que provocan mucha inestabilidad emocional por los continuos conflictos con los que se relacionan.
Son parejas que viven en una continua montaña rusa emocional donde todo son reproches, discusiones y conflictos sobre todo lo que hacen o dejan de hacer.
En este tipo de relaciones tóxicas se puede producir continuas separaciones y reconciliaciones, entrando en una dinámica repetitiva que no soluciona nada y trae mucha ansiedad y frustración.
¿Porque las relaciones tóxicas son adictivas?
Muchas relaciones tóxicas pueden ser adictivas debido a la montaña rusa emocional que se puede vivir. Esta inestabilidad genera picos intensos de dopamina y alivio (que bien estamos), precedidos de momentos de mucha angustia y ansiedad, al igual que ocurre con cualquier adicción.
No sólo es bioquímico, sino que muchas veces las mujeres somos las que se enganchan más fácilmente a las relaciones tóxicas, y somos incapaces de romper con ellas por nuestra socialización como mujeres.
“El amor todo lo puede”, “aguanta porque es una crisis temporal”, “si te cela es que te quiere”, “debes buscar tu media naranja”, “el amor cambia las personas” “puedes ayudar a cambiar a tu pareja”, y muchas otras afirmaciones ancladas en los mitos del amor romántico, y que daría para un artículo entero, que nos hacen normalizar ciertas dinámicas y relaciones tóxicas.
Cómo romper una relación donde hay maltrato psicológico o emocional
Algunas de las relaciones tóxicas explicadas pueden degenerar en relaciones de maltrato psicológico o emocional.
Cuándo esto sucede, se transforman en relaciones basadas en el miedo: miedo a que la pareja tome represalias, miedo a que “te deje”, miedo a que te “ignore”, miedo a que te haga daño psicológico o físico, etc.

Ilustración de Henn Kim
Porque lo que hace una persona maltratadora es cegarte y absorberte. Manipularte emocionalmente para que te alejes de tus seres queridos, para aislarte y tenerte solo para él o ella.
Cualquier persona puede ser maltratadora, sea hombre o mujer. Pero es cierto que la sociedad patriarcal que vivimos genera muchos más maltratadores hombres.
Aquí entraríamos en los antecedentes históricos, culturales, sociales y sexuales de represión hacia la mujer que daría para un artículo entero.
Hay que tener en cuenta que cuando se llega al maltrato físico, primero se ha tenido que dar el maltrato psicológico, además cuándo se da el maltrato físico, este cohabita con el psicológico también.
Porque antes de llegar al daño físico, primero se inician comportamientos tóxicos que se normalizan en la relación.
Amor tóxico
Existen diferentes comportamientos tóxicos como el menosprecio, el mal carácter continuado, la culpabilidad, el resentimiento, el chantaje emocional, el control, etc.
Quizás te hayas sentido reflejada en alguna relación tóxica explicada, ya sea porque has tenido tu los comportamientos nocivos o no.
En nuestra sociedad normalizamos ciertas conductas y las denominamos sanas, pero en realidad son conductas muy tóxicas que minan la autoestima y generan emociones de ansiedad e inestabilidad emocional.
Muchas veces, al vivir el amor tóxico, puedes tener una venda en los ojos que te incapacite para ver la realidad.
El primer paso es darse cuenta de que tipo de relación estas viviendo. Segundo paso saber si existen comportamientos tóxicos y quien los está generando. Y tercer paso, o romper con la relación o buscar ayuda para transformar tu relación en una vivencia saludable y vivirla con bienestar.
El amor tóxico puede tener una base construida sobre los mitos del amor romántico que tanto daño ha hecho y está haciendo a las relaciones de pareja.
Estas se pueden tratar en terapia si crees que necesitas ayuda.
Recuerda, el amor NO duele.
Duelen los comportamientos.
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